Dermatitis atópica infantil

La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel. La palabra “dermatitis” significa hinchazón de la piel y atópica se refiere a una tendencia a desarrollar condiciones alérgicas de la piel. Los síntomas más comunes de la dermatitis atópica son:

  • Piel reseca y comezón
  • Erupciones en el cutis y en la piel detrás de las rodillas, en las manos y los pies y en el área interior de los codos.

El rascarse la piel puede causarle:

  • Enrojecimiento
  • Hinchazón
  • Rajaduras
  • Secreciones de líquido claro
  • Costras
  • Piel gruesa
  • Escamas.

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Para combatir esta enfermedad, especialmente en niños, es aconsejable en primer lugar visitar a un especialista en dermatología infantil. Sin embargo, traemos algunos consejos que pueden orientar a su tratamiento.

1.-Es recomendable que los niños con dermatitis atópica tomen un baño diario. Preferiblemente será corto y sin el agua excesivamente caliente, pues esto empeora el picor. Además hay numerosos productos de limpieza sin detergente (syndet) que no dañan la piel y favorecen su hidratación.

2.-Tras la ducha, debe secarse la piel del niño suavemente, sin frotar con la toalla, aplicando leves toques.

3-.Es recomendable utilizar prendas de algodón. En muchas ocasiones la lana empeora el picor.

4.-Hay que evitar rascarse las lesiones. El rascado hace que la inflamación sea mayor y también incrementan los riesgos de padecer infecciones bacterianas y virales, ya que pueden aparecer heridas que sirven de entrada a los agentes infecciosos.

5.- Los ambientes con altas temperaturas y las ropas ajustadas aumentan la sudoración. Esto aumenta el picor y la necesidad de rascarse.

6.- El uso de cremas hidratantes está altamente indicado, pues ayuda a prevenir nuevos brotes. Deben aplicarse sobre la piel sana xerótica pero sin eccema, cuando ya esté curada mediante los tratamientos médicos adecuados. El mejor momento para usarlas es después del baño o ducha.

7.- Los corticoides tópicos y los inhibidores de la calcineurina (tacrolimus, pimecrolimus) ayudan a controlar el eccema, y han demostrado ser seguros en numerosos estudios. El dermatólogo deberá regular su uso.

8.- Los pacientes con dermatitis atópica suelen padecer también otros procesos asociados, como asma, alergia al polen o intolerancias alimentarias. Dado que en muchos casos estos trastornos siguen cursos independientes sólo deberá evitarse el consumo de aquellos alimentos que empeoren claramente la dermatitis.

9.- Para algunos pacientes los baños en piscinas empeoran sus síntomas. En el mercado hay disponibles cremas barrera, que aplicadas previamente protegen la piel del cloro irritante.

10.- La exposición al sol puede ser beneficiosa, aunque siempre se debe evitar la quemadura solar.

El aspecto más importante para cuidar la piel de los más pequeños es realizar de manera asidua una visita a un especialista. Existen un gran número de profesionales especializados en la dermatología infantil que podrán ayudarnos a prevenir enfermedades así como a tratarlas.